El CERMI ha trasladado a los parlamentarios europeos la necesidad de que defiendan en la Eurocámara los derechos de las personas con discapacidad y, por tanto, se rechacen en la votación del proyecto de directiva de accesibilidad aquellas enmiendas que ponen riesgo la defensa y el reconocimiento de los derechos de las personas con discapacidad. Admitirlas, asevera el CERMI, significaría aprobar una norma irrelevante y profundamente frustrante para la causa de la accesibilidad universal en Europa.

 

Entre las demandas del CERMI, destaca la de acortar el plazo propuesta de seis años después de la entrada en vigor de la Directiva. Al tener en cuenta que la mayoría de los productos y servicios relacionados con las TIC están sujetos a una rápida evolución y corta duración, la plataforma española considera más apropiado un período de transposición progresivo ajustado al ciclo de vida de cada producto.

 

El CERMI también propugna que el número estimado de usuarios no debe ser un criterio para juzgar si un producto debe ser accesible, puesto que la accesibilidad es un derecho y, por lo tanto, no es relevante el número de usuarios que se benefician de ella. Esto supone de admitirse burlar el concepto de accesibilidad universal como presupuesto ineludible para el ejercicio de derechos fundamentales.

 

Además, se recuerda a los eurodiputados que no es posible cuantificar un número de usuarios concreto, porque otras muchas personas adicionales también se benefician de la accesibilidad. Por ejemplo, si un tren tiene puertas más anchas y acceso libre de escalones, todos los pasajeros se benefician de un abordaje más cómodo y menos dificultad al embarcarse.

 

El CERMI ha exigido el apoyo de los europarlamentarios en relación con estas y otras enmiendas, a fin de garantizar la accesibilidad real para los 80 millones de personas con discapacidad de la Unión Europea, así como para otros grupos de consumidores que igualmente se benefician del concepto de accesibilidad universal y diseño para todos.